Programa “Fica Vivo”

Brasil2003

La iniciativa “Fica Vivo” es un programa de prevención abarcador (comprensivo), focalizado y comunitario, que tiene por objetivo controlar y prevenir la ocurrencia de homicidios dolosos en áreas con altos índices de criminalidad violenta en la ciudad de Belo Horizonte y la reducción de los homicidios involucrando jóvenes que formaban parte de pandillas en particular, como así también, restaurar las condiciones de control local por parte de la comunidad, mejorando la calidad de vida de la población. El programa se compone de la política de prevención del crimen y a partir de la articulación de dos ejes de actuación (Protección social e Intervención estratégica), busca controlar y prevenir la ocurrencia de homicidios dolosos en áreas que registran altos índices de criminalidad violenta en Minas Gerais. El eje de protección social se constituye a partir de acciones de cuidado y trabajo en red. Trabaja con los jóvenes entre 14 a 24 años, con acciones preventivas, en el centro de referencia dentro de la comunidad (oficinas educativas, culturales y profesionalización local de riesgo). Las asistencias se dirigen a favorecer la construcción de modos de vida distintos a los del involucramiento directo con la criminalidad. El trabajo en red busca incluir una pauta de discusión del tema de la prevención de la criminalidad. Las acciones de asistencia son realizadas por medio de los siguientes instrumentos: oficinas, asistencias psicosociales, proyectos locales, multiplicadores y grupos de jóvenes. Las oficinas son estrategias de aproximación y asistencia a los jóvenes articulando las características de las áreas atendidas, tales como aspectos criminales, culturales, sociales, históricos y geográficos. Las Oficinas se despliegan en diferentes lugares de las zonas cubiertas por el Centro para la Prevención del Delito, articulando los aspectos de la singularidad de los jóvenes y el acceso a los derechos sociales. El eje de intervención estratégica reúne los órganos de Defensa Social (policías civil, militar y federal), el Poder Judicial, el Ministerio Público y las prefecturas municipales. Ese eje tiene como responsabilidad el planeamiento y la coordinación de una represión calificada y eficiente. Las funciones de los grupos de Intervención Estratégica son: Promover la operacionalización de acciones de represión calificada, a través del levantamiento de inteligencia policial y de su modus operandi de los grupos envueltos con la dinámica criminal local donde el programa está implantado; propiciar la integración de los órganos de defensa social y del sistema de justicia criminal; hacer un relevamiento de pandillas, identificando quiénes son sus miembros, su organización y delimitando el territorio de actuación de las mismas. Esto es con el objetivo de monitorear los frecuentes enfrentamientos entre ellas y la posibilidad de represalia cuando ocurre un homicidio provocado por disputa de poder o territorio entre estos grupos; identificar las demandas de las instituciones y encaminar a los responsables fomentando una red de co-responsabilización. Existe también una instancia de articulación entre los miembros del proyecto que trabajan en cada eje, constituido por miembros de las diversas instituciones involucradas. En principio, este grupo de coordinación general es responsable por la definición de metas y articulación de las acciones entre los dos grupos más operacionales. También son debatidas las orientaciones más genéricas y la política de actuación del programa.